El dia de ayer, el día de hoy y el día de mañana

Creo que me encuentro en una edad crítica y conmigo muchos de mis amigos. Y no, no me encuentro a punto de alcanzar la crísis de los 40 o de los 50!! Es mucho peor, estoy cerca (que no a punto, aún me quedan unos añitos) de entrar en la crísis de los 30!! En serio, es horrible. En las conversaciones con los amigos empiezas a hablar de los dibujos animados que veíais de pequeños, los discos vinilo, el vídeo de Thriller de Michael Jackson (cuando el pobre aún era una persona), los chicles de peseta y de cómo han cambiado todos esos actores que veíamos en nuestras series favoritas... (algunos tanto, que ya ni están). Y de repente, tu mente empieza a funcionar, haciendo llegar a tí un pensamiento que en realidad no querías que llegara. Otia!!, que mayores somos!!! Y es que hasta ese momento no te habías querido dar cuenta, pero...los años pasan. Y ves que inconscientemente tu cuerpo lo sabía, sobretodo cuando reparas en los productos de belleza que te rodean, como la cremita para las primeras arrugas, el gel para el contorno de los ojos, la crema de manos... Todas esas cosas que antes, por tu juventud inherente, creías totalmente innecesarias. Entonces es cuando te sientas y reflexionas sobre el curso de la vida y piensas en lo bien que se vivía en la inconsciencia que conlleva la infancia.
Pero ahondando en tus pensamientos te das cuenta también en la suerte de haber llegado a una edad tan linda y de poder decir que todas esas personas que te arropaban en tu infancia siguen ahí (las veas o no) y decides salir a dar una vuelta para poder aprovechar esta maravillosa existencia y ese sol alemán que casi siempre brilla por su ausencia en estos dias de frío, no sin antes meterte un chupachups de sandía en la boca y girarlo en uno y otro sentido, porque...vale que la infancia terminó, pero nunca las rupturas drásticas fueron buenas!!
Que disfrutéis la vida (y la edad) donde quiera que estéis!